Ramsés y Moisés

Atención: Si no te gusta esta relación, no la leas.

Creo que medio mundo conoce esta película, si no la has visto y te gustan las relaciones fraternales, te recomiendo verla. Si vienes solo para recordar algunas escenas, pues bueno. Y si vienes solo a leer un resumen aunque no hayas visto, pues hay mucho spoiler.

Tomaré datos de los libros que salieron de la película. También hay imágenes en movimiento. Mucha imagen.

La fuente de la imagen es esta.

*HISTORIA*

Todo comienza con el faraón Seti mandando asesinar a los varones hebreos recién nacidos. Para salvar a su hijo, su madre Jocabed se las arregla para ponerlo en un cesto y dejarlo en el río Nilo.

Su hermana mayor, Miriam, lo sigue a lo largo del Nilo, hasta que el cesto termina con la esposa del faraón. Miriam espera que algún día su hermano pueda liberar a su gente. La reina camina junto a su pequeño hijo Ramsés  y decide adoptar al bebé llamándole Moisés. En egipcio esto significaría «sacar,» «salvado del agua» o «hijo.»

Así 18 años pasan, Moisés es criado como hermano legítimo de Ramsés, el próximo faraón. Cabe destacar que su relación a lo largo de esos años fue sana y así es descrita en los libros:

«Moisés y Ramsés crecieron como amigos y hermanos. Amaban competir entre sí, importándoles poco el peligro hacia sí mismos o los demás. A veces eran tan imprudentes que se metían en problemas.» Libro de la película.

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«(…) Moisés y Ramsés crecieron como hermanos y mejores amigos. Jugando juegos y compitiendo el uno con el otro en competencias amistosas.» Libro read-along.

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«(…)Moisés creció en la realeza egipcia (un príncipe) y desarrolla una profunda amistad con el hijo de la reina, Ramsés, a quién Moisés cree que es su hermano real.» Artbook.

En pocas palabras, dos hermanos muy unidos y no muy responsables en sus acciones. Y así fue, lo primero que nos muestra la película es como estos dos al estar jugando en una de esas competencias, terminan destruyendo un templo en construcción.

– Esto no nos meterá en problemas ¿o sí?
– No, de ninguna manera.

Mientras Ramsés muestra preocupación por la situación, Moisés está totalmente despreocupado. Y tiene sentido, Ramsés sería el próximo faraón, tenía más responsabilidades de las que tendría Moisés. Así, nos muestran este contraste entre los hermanos.

Y como era de esperar, su padre los regaña por su acción:

– ¿Por qué los dioses me atormentan con hijos inconsiderados, destructivos y blasfemos?

Quiero hacer notar como se tomaron los dos esté regaño;

Aunque el faraón está de espaldas, Moisés primero le ve con atención y luego baja la mirada. Esto implica que está tomando en serio su regaño, y baja la mirada, pues está avergonzado de sus acciones.

En cambio Ramsés, al inicio está con la mirada baja, luego su mirada divaga porqué él no cree que ellos sean todo eso que les está diciendo su padre, de hecho, quiere excusar las cosas:

– Padre, escucha lo que tengo que…
– Silencio. Faraón habla.

Ramsés siente que les está regañando por poca cosa, es muy orgulloso para aceptar que se equivoco. Moisés por el contrario, sabe que no hicieron bien.

El faraón se gira a verlos y el regaño continua. Entonces, Moisés decide hablar:

– Padre, la culpa es mía. Yo incité a Ramsés así que yo soy el responsable.

Moisés no solo acepta el error que cometió, él además quiere que no culpe a Ramsés por las consecuencias de esos actos. Sabe que Ramsés no es tan irresponsable.

«Moisés está orgulloso del futuro de Ramsés y protege a su hermano cuando el faraón Seti los disciplina por su broma.» Artbook

– ¿Responsable? ¿Sabes lo que significa esa palabra, Ramsés?
– La entiendo, padre.
– ¿Y entiendes la responsabilidad a la que te ha destinado tu nacimiento? Las antiguas tradiciones. Cuando pase al siguiente mundo, tu serás la estrella de mañana y de la noche.

Ramsés niega con la cabeza, está molesto, para él, su padre está exagerando, no es como si él no fuera un tipo responsable, para él lo que acababa de suceder fue algo minúsculo.

– Un templo dañado no destruye siglos de tradición.
– ¡Pero un eslabón débil puede romper la cadena de una poderosa dinastía!

La reina detiene al faraón, Ramsés baja la mirada, claramente se siente ofendido por las duras palabras de su padre. Faraón decide no continuar el regaño al ver la faceta de su hijo. Ramsés no quiere dejar las cosas así, pero su madre le detiene. Él se va molesto, dejando preocupado a Moisés.

Moisés decide hablar con faraón, y habla en nombre de Ramsés:

– ¿Padre? Tú sabes que de verdad fue mi culpa. ¿Por qué eres tan duro con él?
– Moisés, jamás cargarás un peso como el de la corona que yo pasaré a Ramsés. Él no puede permitirse dejarse llevar, ni siquiera por ti, hijo mío.
– Todo lo que quieres es tu aprobación. Sé que él estará a la altura de tus expectativas. Necesita una oportunidad.
– Quizás. Tal vez sea así.

Moisés realmente confía en su hermano, sabe que él no se toma a broma las cosas. Y ruega una oportunidad para él y demuestre «de lo que está hecho.»

«Al escuchar las duras palabras de Seti, Moisés siente la necesidad de hablar. Él estaba acostumbrado a meterse a sí mismo y Ramsés en problemas, pero usualmente encontraba una forma de que los dos salieran del problema. Esta vez, el daño parecía ser peor. Faraón considera la petición de Moisés(…)» Libro read-along

Así, Moisés se reúne con Ramsés:

– Bueno, eso ha ido bien.
– Solo vete.
– Pudo haber sido peor.
– «El eslabón débil de la cadena» Así me llamó.

Moisés no pone buena cara, sabe que a Ramsés le duele haber sido llamado así. Entonces intenta aligerar el ambiente y bromea al respecto:

– Bueno, eres bastante patético.
– Irresponsable, ignorante de las tradiciones. Prácticamente me acusa de derribar la dinastía.
– Sí, ya puedo verlo. ¡Adiós a las pirámides! Ja.
– Tú puedes reírte.

Ramsés era un tipo serio, y las palabras de su padre de verdad le hirieron, las palabras de Moisés aligeran el ambiente haciendo que Ramsés hable al respecto y no se quedará allí solo sin hablar.

Moisés por su parte, inicia su nueva travesura, Ramsés se queja por el comportamiento de Moisés:

-Dime, Moisés. ¿Por qué cada vez que empiezas algo, yo soy el que termina en problemas?

Moisés le juega una broma a los sacerdotes que pasaban por ahí y se esconde.

Ramsés otra vez, termina en problemas por Moisés. Y así como dijo su padre, Ramsés se deja llevar por su hermano, y decide vaciar el contenido sobre los sacerdotes.

– Oye, ahora me doy cuenta. ¿Sabes cuál es tu problema, Ramsés?
– ¿Cuál?
– Te preocupas demasiado.
– Y tú problema es que no te preocupa nada.
– Oh, en ese caso, supongo te preocupara más que llegaremos tarde al banquete.

Pueden apreciar que Moisés nunca deja las travesuras de lado, incluso en temas serios. Ramsés está estresado porque llegan tarde, Moisés intenta que no se preocupe por tal cosa.

Y bueno, medio mundo está ahí. Su madre llega y le avisa que el faraón lo ha nombrado príncipe regente, y será quién supervisará los templos. Esto toma por sorpresa a Ramsés, y le alegra la noticia, mientras Moisés también se alegra por el triunfo de su hermano:

La reina le hace saber a Moisés que, el faraón aceptó la propuesta de Moisés. Darle una oportunidad a Ramsés.

Dejándose llevar por esas palabras, Moisés decide unirse a ellos y propone que los sacerdotes den tributo al nuevo regente. El tributo resulta ser una madianita que esclavizaron, y que Ramsés regala a Moisés por el fuerte carácter de ella. Después del tributo, Ramsés decide hacer algo por su hermano:

– Padre, si te complace, mi primer acto como regente es nombrar a Moisés, como arquitecto jefe Real.

Hasta este punto es de notar lo bien que se llevan los hermanos. Se hizo remarcar el aprecio de Moisés a Ramsés, cuando lo defendió frente a su padre y habló a favor de su hermano. Y también destacar el aprecio que tiene Ramsés por Moisés, que aunque no supiera que Moisés le ayudó con su padre, él quería que Moisés estuviera a su lado en un papel importante. Así de unidos eran estos hermanos.

Después, la madianita escapa de la habitación de Moisés, él la sigue y ve como escapa del lugar. Allí se topa con unos esclavos que resultarían sus verdaderos hermanos: Miriam y Aaron.

Miriam se alegra, creyendo que ya los liberaría. Y procede a contarle que son hermanos, cosa que Moisés no cree.  Miriam continua contando toda la verdad de cómo su madre le salvó de ser asesinado del faraón. Moisés se enfurece y la amenaza por tal acusación.

Mientras Moisés se va, Miriam hace su último intento, cantando lo que le cantó su madre antes de dejarlo en el río. Moisés parece recordar algo. Él huye del lugar y entra en crisis, intenta convencerse que lo que dijo Miriam no puede ser real, y en la canción refleja su sentir:

(…)Este es mi hogar, con mi padre, madre, hermano. Tan nobles y fuertes. Ahora estoy en casa, aquí entre mis adornos y pertenencias, aquí pertenezco. Y si alguien lo duda, estarán muy equivocados. Soy el soberano príncipe de Egipto, un hijo de la orgullosa historia que está tallada en cada muro. Definitivamente es todo lo que siempre quise(…)

Luego, quiere ir a asegurarse y va a ver los jeroglíficos, y se decepciona al saber que todo lo que contó Miriam era real. Él era parte de ese pueblo hebreo.

Seti llega y al verlo afligido, le explica que los hebreos se multiplicaban y no quería que se levantaran en su contra.

– Padre, dime que tú no hiciste esto.
– Moisés, algunas veces, por el bien mayor se deben hacer sacrificios.
– ¿Sacrificar?
– Oh, hijo mío, solo eran esclavos.

Moisés se aferra a una última esperanza, esperando que no haya sido Seti quien diera esa orden. Ahí terminaría su vínculo con Seti al menospreciar la muerte de los hebreos, la gente de Moisés. Quiero hacer notar como enfurece al oír estas últimas palabras de él.

Moisés está deprimido, todo lo que creía ser era una mentira. La reina le da consuelo y le comenta que sigue siendo su hijo y lo querían. Ella además le dice que debería aceptar las cosas como son ahora, por algo los dioses lo llevaron hasta ese lugar.

Pero no fue fácil para Moisés, al ir para trabajar con su hermano, ahora estaba consciente del sufrimiento de su gente, ya no podía ignorarlo.

Mientras Moisés sufría emocionalmente, Ramsés estaba alegre por ese triunfo de estar encargados de la construcción y le explica lo que tiene planeado. Sin embargo, Moisés ya no escuchaba, y al ver a un esclavo ser maltratado, Moisés decide defenderlo. Esta acción sorprende a Ramsés.

Moisés termina aventando por impulso al egipcio y muere. Los demás hebreos le acusan y otros temen, está aturdido por lo que acaba de cometer.

Su hermana intenta detenerlo pero Moisés sigue alterado, está decidido a huir. Luego, Ramsés lo detiene:

– ¡Moisés! ¿Qué pasa?

Moisés lo quita y sigue huyendo. Destacar la preocupación de Ramsés, obviamente vio que asesinó a alguien, pero es evidente qué pregunta la razón por la que hizo eso. Además, el hecho de que Moisés haya asesinado a alguien más, implicaba pena de muerte para él, así que era obvia la preocupación de las dos partes.

Así, Ramsés decide seguirlo e intenta detenerlo:

– ¡Moisés!
– ¡Déjame ir!
– No, espera.
– Viste lo que sucedió. Acabo de asesinar a un hombre.

– Nos podemos encargar de eso. Haré como si nunca hubiera sucedido.
– Nada de lo que digas cambiará lo que hice.

Ramsés quiere solucionarlo, si el asesinato es el problema, lo va a encubrir, no tiene que preocuparse. Sin embargo, a Moisés no importaba si lo encubría, queda en su conciencia que asesinó a alguien. Entonces, Ramsés viene con otra solución:

– Yo soy Egipto, la estrella de mañana y de la noche. Si yo digo que la mañana es la noche, así será escrito, y tú serás lo que yo diga que eres. Yo digo que tú eres inocente.
– Lo que tú digas no importa. No lo entiendes. No puedo quedarme más aquí.

Los faraones se les consideraba de origen divino, eran como dioses. Dejando esto claro, si lo que atormenta a Moisés es su conciencia, entonces Ramsés como regente que era, lo declara inocente de lo que ha hecho. Pero para Moisés las cosas no van a cambiar solo porque lo decía él.

Así, Moisés le deja las cosas claras a Ramsés lo mejor que puede, no era solo por el asesinato:

– ¡Moisés!
– ¡No! Todo lo que creí real es una mentira. No soy quién tu crees.
– ¿De qué estás hablando?
– Pregunta al hombre al que alguna vez llamé «padre.»

Dejando sus últimas palabras, le da la espalda y sigue su camino, Ramsés lo llama de nuevo:

– ¿Moisés?

Él voltea

– Por favor.

Esta vez, ya no era el regente el que le suplicaba que se quedara. Ahora quién se lo pide es su hermano. Noten como cambia la facción de Moisés por estas últimas palabras de Ramsés:

Moisés ve el sufrimiento de su hermano, dieciocho años no habían pasado en vano. Moisés también sufre por esta despedida.

– Adiós, hermano.

Esta parte es mi favorita porque puedes notar como duele a los dos separarse. Como Ramsés sigue  llamando a Moisés, pero este último con cara afligida, debe seguir adelante.

También quiero destacar que Moisés, desde el momento que supo la verdad, ya no se sentía parte de ellos. No estaba orgulloso de lo que era, detestaba al faraón por lo que había hecho, y aunque la reina le dio consuelo, ya no la veía como su madre. Sin embargo, sus últimas palabras para Ramsés fueron: «Adiós, hermano.»

Y bueno, para Ramsés, Moisés fue en quien básicamente se apoyaba o refugiaba por la presión de su padre.

Y Moisés, aún sabiendo que no era su hermano real, se despide de él llamándole de la forma en que lo llamó esos 18 años.

Finalmente Moisés huye de Egipto y se adentra al desierto. Allí pasa días deambulando, y en algún punto decide deshacerse de lo que llevaba puesto, excepto de una cosa:

El anillo que le dio Ramsés, podía tirar todo el oro que tenía, excepto eso, el recuerdo de su hermano.

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En algún punto llega a una aldea de madianitas y termina haciendo su vida allí. En el transcurso de diez años, él se hace pastor y se casa con Séfora. Un día, Dios se manifiesta ante él y le pide que regrese a Egipto para que libere a los hebreos. Aunque Moisés tiene sus dudas por haber sido parte de esa realeza que los oprimió, termina aceptando esa tarea.

Así parte a Egipto junto a su esposa para encontrarse con el faraón, que para su sorpresa sería ahora Ramsés. Además, Ramsés admite haber creído muerto a Moisés. Y bueno, se alegran de verse:

Claro que los demás egipcios no lo verían de buena forma. Los sacerdotes le recuerdan que Moisés es un asesino y Ramsés decide arreglarlo, aunque Moisés quiere detenerle:

– Yo soy la estrella de la mañana y de la noche. Se hará lo que diga. Perdono para siempre de todos los crímenes de los que se le acusan y se ha de saber que él es, nuestro hermano Moisés, el príncipe de Egipto.

Justo como había comentado hace diez años y dijo que haría, Ramsés lo libera de sus crímenes. Si había regresado era porque ya no tenía ese peso en la conciencia, ¿no? Pero Moisés le deja las cosas en claro:

– Ramsés, en mi corazón eres mi hermano, pero las cosas ya no pueden ser como solían ser.
– No veo razón porqué no.
– Ahora sabes que soy hebreo, y el Dios de los hebreos vino ante mí.
– ¿Qué?
– Él ordena que dejes ir su gente.
– ¿Ordena?

Ramsés ya estaba al tanto de que no era su real hermano, más eso no impidió tratarlo como tal, incluso le abrazó frente a todos, lo volvió a llamar hermano y lo libera de su crimen. Para Ramsés, las cosas sí podían ser como en el pasado, por más que fuera hebreo y no fuera su hermano.

Moisés procede a mostrarle el poder de Dios, haciendo que su bastón se convirtiera en un cobra. Claro que esto no impresionó a Ramsés, pues sus sacerdotes podían hacerlo igual (mediante trucos, claro).

Así, deciden hablar en privado:

– Moisés, ¿En realidad, por qué has venido?
– Ramsés, mira. ¿Qué ves?
– Un Egipto más glorioso que el de mi padre.
– Eso no es lo que yo veo.
– Moisés, no puedo cambiar lo que ves. Tengo que mantener las antiguas tradiciones. Y llevar la carga de la corona de mi padre.

Ramsés no está tomando en serio a Moisés, cree que esa es otra de sus bromas. Y luego, se nos hace ver los dos puntos de vista:

Moisés solo ve esclavitud, Ramsés ve como mejoró Egipto. También destacar como Ramsés sabe a lo que se refiere Moisés, pero no pretende hacerlo cambiar de opinión. Como el mismo comenta, lo hace para mantener las tradiciones.

– ¿Aún no entiendes lo que era Seti?
– Fue un gran líder.
– Tenía las manos llenas de sangre de miles de niños.
– Hmp. Esclavos.
– Mi pueblo. Y ya no me ocultaré en el desierto mientras ellos sufren… por ti.

Ramsés no comprendía la situación. Para Ramsés, eran dos cosas separadas el que Moisés fuera hebreo y otra el pueblo hebreo. Moisés ya era parte de ese pueblo al que Ramsés solo ve como esclavos.

– Así que… has regresado…solo para liberarlos.

Ramsés está afligido, decepcionado. Él estaba tan feliz de volver a Moisés, y él que solo viene para liberar a los esclavos. Finalmente lo entiende, Moisés ya no es el hermano que venía a apoyarlo, sino todo lo contrario.

Moisés le deja el anillo. Prácticamente se desliga de ese pasado, de esos antiguos días que vivieron como hermanos y se apoyaban en todo. Ahora venía como enemigo de él.

– Lo siento.
– Sí. Habría esperado…que…

– No conozco a este Dios. Ni dejaré libre a tu pueblo.
– Ramsés, por favor, debes escuchar–
– ¡Yo no seré el eslabón débil!

Está molesto. ¿Y cómo no iba a molestarse si Moisés para lo único que viene es para «pedirle un favor»? Si no hubiera sido por eso, nunca más hubiera vuelto a ver a Ramsés.

Además, las palabras de su padre aún lo siguen. No será él quién destruya la dinastía, ni quien traiga el desastre. Al final, se logró lo que su padre quería, Ramsés como faraón no podía ser influenciado ni siquiera por Moisés.

Ramsés se llena de rencor y no vacila, no solo no los va a dejar ir, sino que ahora les duplicará el trabajo.

– Dile a tu pueblo que su trabajo se ha duplicado. Gracias a tu Dios. ¿o es gracias a ti?

Finalmente, se rompe el vínculo de los hermanos.

A partir de aquí, procederían a darse las 10 plagas. Aunque en la película solo se da un musical para que se vean siete de forma rápida, se supone que Moisés iría primero con el faraón a darle advertencias y si no los dejaba ir, una plaga era lanzada sobre el pueblo egipcio y así sucesivamente. Ninguna funcionaría.

Antes de continuar, quiero hablar sobre esa canción pues demuestra el sentir de estos dos personajes. Iniciando con Moisés y sus sentimientos hacia él:

Una vez te llamé hermano.
En otro tiempo pensé en solo hacerte reír,
fue todo lo que siempre quise.

E incluso ahora, deseo que Dios hubiera escogido a otro
sirviendo como tu enemigo en Su nombre.
Es lo último que quise.

Moisés recuerda los viejos tiempos con su hermano, y desearía no haber tenido ese papel e ir en su contra. Moisés no disfruta hacerle daño a Ramsés y lamenta la situación.

Este era mi hogar.
Todo este dolor y devastación
me tortura por dentro.
Todos los inocentes que sufren
por tu terquedad y orgullo.

Aquí, le habla al faraón. Moisés sufre también por aquellos egipcios, y por orgullo de Ramsés, prefiere que sufra su gente antes que dejar libre a los hebreos.

En la película vemos que mientras las plagas suceden, su mirada se endurece, y Ramsés es el siguiente:

A ti, a quien llamé hermano
¿Por qué tienes que invocar otro golpe?
A ti, a quien llamé hermano
¿Cómo has podido llegar a odiarme tanto?
¿Es esto lo que querías?

Ramsés nuevamente no ve el panorama completo, se siente atacado por Moisés, no solo era por el pueblo hebreo, se sentía atacado de forma personal. Ramsés cree que Moisés lo hace por rencor ¿Tanto le odia como para seguir torturándolo de esa forma?

Entonces deja que mi corazón se endurezca.
Y no importa cuán alto pueda ser el costo,
esto seguirá siendo así,
nunca dejaré ir a tu pueblo.

Como la misma canción comenta, su corazón se endureció, él no va a ceder, sufra quien sufra.

Luego, procedería a darse la novena plaga: Una oscuridad que duraría tres días en Egipto y Moisés decide volver a hablar con Ramsés para advertirle de la última plaga y va al lugar donde solían reunirse.

– Déjame adivinar, quieres que libere a tu pueblo.
– Esperaba encontrarte aquí.
– ¡Fuera!
– Ramsés, démosle fin a esto.
– ….
– Ramsés, por favor, háblame. Siempre pudimos charlar aquí.
– …..

Ramsés no quiere hablar del tema, claro, está cansado después de todo lo que ha sucedido. Menos va a querer liberarlos.

Moisés sabe que Ramsés está molesto, y al igual que en los viejos tiempos, intenta aligerar el ambiente, esta vez, recordando una travesura del pasado. Ramsés queda en silencio, y cuando creyó que no iba a responder, lo hace.

– Padre estaba furioso. ¡Siempre me metías en problemas!

Luego, mira con pesar el anillo:

– Pero entonces… siempre estabas ahí… para de nuevo, sacarme del problema.
– Hmp.
– ¿Por qué las cosas no pueden ser como en el pasado?

A pesar de lo que ha sucedido, lo sigue lamentando. Aun queda algo de cariño a Moisés, seguramente esperando que las cosas de verdad se arreglen entre ellos como Moisés proponía. Pero alguien los devuelve a la realidad, el hijo de Ramsés.

– Está oscuro. Tengo miedo. ¿Qué hace el aquí?

– ¿No es el hombre que hizo todo esto?
– Sí. La pregunta es ¿Por qué?
– Porque ningún reino debe erigirse en la espalda de los esclavos. Ramsés, tu terquedad está trayendo miseria sobre Egipto. Cesaría si dejaras ir a los hebreos.

– No seré sugestionado. No seré amenazado. Soy la estrella de la mañana y de la noche. Soy un faraón.

Ramsés es orgulloso, no estaba dispuesto a ser ordenado por el Dios que tanto aclamaba Moisés, pues como se comentó, faraones se veían de forma divina. ¿Cómo iba a ceder? Y Moisés le alerta:

– Algo peor está por venir. Algo mucho peor que antes. Por favor, deja ir tu desprecio por la vida… porque destruirá todo lo que valoras. ¡Piensa en tu hijo!

Moisés intenta advertirlo, Ramsés parecía ya no importarle lo que sucediera en Egipto, lo único que parecía atesorar era a su hijo. Claramente, Ramsés toma esto como una amenaza y decide tomar acción.
– Lo hago. Ustedes los hebreos no han dado más que problemas. Mi padre supo muy bien como lidiar con tu pueblo.
– Ramsés.
– Y creo que es hora de finalizar su trabajo.
– ¡Ramsés!
– ¡Y habrá un gran estruendo en todo Egipto, como nunca se había escuchado y no se volverá a escuchar!

La negación a dejarlos ir o peor aún, a tomar acción contra los hebreos para hacerles sufrir más, terminaría siendo su peor error. A pesar de que Moisés intenta detener su acción, Ramsés ya estaba decidido en su siguiente meta. Moisés sabía lo que vendría, y ya no podía hacer nada:

– Ramsés, tú te lo has buscado.

Y así, procedería la última plaga:

«Esa noche, el Ángel de la muerte invadiría silenciosamente Egipto, asesinando a los primogénitos egipcios. Nadie sería salvado, siquiera el hijo de Ramsés. Sería el dolor más grande que Ramsés conocería.« Libro read-along.

«A la mañana siguiente, Moisés encontró a Ramsés mirando abajo, a su hijo muerto en sus brazos. Él vio a Ramsés acostar al niño y tiró un paño sobre la cabeza de su hijo. Finalmente, Ramsés habló. Con una voz que expresaba toda su angustia y sufrimiento, aceptaba la liberación de los hebreos.» Libro read-along.

Moisés no tenía palabras, intentó dar apoyo a su hermano, pero claramente, no lo aceptaría. Para Ramsés, Moisés sería el culpable de su peor desgracia.

                                         – ¡Déjame!

Moisés se retira, Ramsés le lanza una mirada de odio. Esta vez, ya no había cariño alguno hacia él.

Moisés sale del palacio, con los gritos y lloros de Egipto. Moisés no sería la excepción:

«Con el corazón afligido, Moisés deja solo a Ramsés para que llore por su hijo. Mientras salía del palacio, Moisés es abrumado por la emoción y colapsa llorando.» Libro Read-along

Su hermana Miriam le esperaba con una sonrisa, pero Moisés no lo pudo devolver, seguía afligido.

Así todos salen de Egipto, pero Ramsés les da alcance junto con su ejército, habría decidido asesinarles a todos. Dios les retiene para darles tiempo a los hebreos de escapar, y Moisés abre el mar rojo. Al final logran cruzar todos al otro lado, el mar se cierra, ahogando así a los egipcios. Ramsés sería el único sobreviviente.

Superaron la adversidad, y todo mundo se regocija. Moisés se alejaría un momento de su familia y observaría el mar, con su hermana mirándole con preocupación:

«Pero, por un momento, Moisés se paró solo, mirando atrás, sobre el agua. Estaba pensado en Ramsés. Que alguna vez habían sido amigos y hermanos.« Libro de la película

«Solo sobrevivió Ramsés, él miró al mar que se habría llevado a sus esclavos a ser libres, y luego se tragó a todo su ejército. En desesperación, soltó un último grito hacia el hermano que alguna vez quiso tanto.« Libro read-along.

                             – Adiós, hermano.

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*CONCLUSIÓN*

Si llegaste hasta aquí y no la has visto, pues ya es hora. Esto que he escrito es nada en comparación con la película, tienes que escuchar todo para que se vuelva emocional. Tengo entendido que está en Netflix. O si pueden, cómprenla en físico, lo vale.

No importa si eres creyente o no, la película entretiene y va más sobre la relación fraternal de estos dos personajes (cosa que no sucede en la biblia), son de esas películas que ves una y otra vez. Y la banda sonora es excelente, se quedará en tu cabeza «Dijo el Señor~» ya verán. Véanla, mejor película animada bíblica.

Y bueno, regresando al tema de los hermanos…

Primero hablaré de los roles, a pesar de que Ramsés era el mayor, parecía que el que tenía ese rol era Moisés, era más comprensivo, le protegía y el que daba apoyo emocional a Ramsés, que era el que tenía el peso de ser el futuro faraón, además de la presión que ejercía su padre sobre él por lo mismo.

También me gustó que Ramsés no envidiara a Moisés por su posición, al final del día, era al que menos le regañaban a pesar de ser el que iniciaba las travesuras. Es más, no quería dejarlo atrás, si Ramsés se hizo regente y quien se encargaría de supervisar templos, entonces quería darle un puesto para que siguiera a su lado, y es por eso que le hizo arquitecto. Uno supervisa, el otro diseña.

Ahora, hablaré de la vez que asesinó Moisés, y Ramsés quiere detenerle. Lo destacable es eso, Ramsés era el regente de Egipto, y en vez de él ir a pedir a sus guardias que fueran por él, decidió ir él mismo. Se trataba de su hermano, ¡obvio que iría por él!

También es interesante como lidió con las cosas, tenía más poder que él, y con solo una palabra, podía obligarlo a quedarse. Pero nunca lo hizo; le dio soluciones a sus problemas, no lo amenazó ni chantajeó. Pero claro, llevaban una relación sana, no había posibilidad alguna que pasara algo así entre ellos.

También como Moisés se sorprendió cuando le dijo que «por favor» se quedara. El orgulloso Ramsés le está pidiendo un «favor» a Moisés. Me parece que fue en ese momento que se dio cuenta, cuanto le quería Ramsés.

No pudo retenerlo y Ramsés lo deja ir, no podía obligar a su hermano a quedarse, si él no quería.

La tragedia iniciaría cuando se vuelven a ver diez años después. Desde que se vieron, Ramsés no ocultó ni una sola vez la felicidad que tenía por ver a Moisés. No era su hermano real y aparte hebreo, pero a él no le interesó, siquiera estando frente a todos los egipcios.

También notar como para Ramsés todo empezó como un juego, como fue en su pasado. Creyó que Moisés le estaba haciendo una de sus bromas al decir que venía por orden de Dios a liberar a los hebreos.

– Ramsés, en mi corazón eres mi hermano, pero las cosas ya no pueden ser como solían ser.
– No veo razón porqué no.

Moisés tuvo años para superar ese vínculo fraternal y aceptar el mandato de Dios. Ramsés lo creía muerto, para él, las cosas se quedaron como estaban en el pasado, no entendía como iban a ser las cosas diferentes.

Cuando van a hablar en privado, Ramsés se quita el nemes. Ramsés no lo va a tratar como faraón, simplemente como el hermano que era.

– Moisés, yo te conozco, ¿Qué es lo que de verdad quieres?

Como se comentó, Ramsés creyó que iba de broma, como solía ser en el pasado. Aún no podía ver que Moisés había cambiado.

De hecho, este es un paralelismo con su padre Seti. Tras la travesura de los hermanos, su padre pensaba que Ramsés no tomaba en serio su posición como futuro faraón. Por otro lado, Ramsés no tomó en serio a Moisés cuando llegó con él.

– ¿Aún no entiendes lo que era Seti?
– Fue un gran líder.
– Tenía las manos llenas de sangre de miles de niños.
– Hmp. Esclavos.

Ramsés no podía ver a los hebreos como personas, simplemente eran esclavos. ¿Qué más daría que hayan muerto? Está en la misma posición de que su padre. Obviamente Ramsés fue criado así, y no iba a aceptarlo solo porque se lo decía Moisés en ese momento.

Después Moisés le dejaría el anillo, que sería lo peor que haría Moisés a Ramsés, y cuando lo acepta, se pone el nemes de nuevo: Ahora le habla como faraón, no como su hermano, porque así lo había decidido Moisés.

– No conozco a este Dios. Ni dejaré libre a tu pueblo.

Aquí es cuando todos nos preguntamos… ¿En serio, Moisés? El tipo aun te aprecia y en vez de explicarle más o convencerlo con el tiempo, prefirió cerrar las cosas con él sin siquiera intentarlo.

– Ramsés, por favor, debes escuchar–
– ¡Yo no seré el eslabón débil!

¿Cómo lo va a escuchar si acaba de romper el vínculo fraternal entre ellos? Le acaba de romper el corazón.

Y un paralelismo más, cuando Ramsés se va molesto y Moisés lo ve irse:

La primera vez, molesto por el regaño de su padre. La segunda, porque Moisés rompe su vínculo con él.

La diferencia es que esta vez, el que lo protegió antes ahora era el que lo «atacaba».

Y bueno, vamos a las plagas. Ramsés se siente atacado y mucho menos iba a dejarlos ir. Orgullo y terquedad como mencionaría Moisés, pero tampoco podías esperar mucho en tal situación.

Primero quiero hablar una parte de la canción de Moisés:

Una vez te llamé hermano.
En otro tiempo pensé en solo hacerte reír,
fue todo lo que siempre quise.

Este era mi hogar.
Todo este dolor y devastación
me tortura por dentro.

Se hace en referencia a la primera canción de Moisés cuando se enteró que era hebreo:

(…)Este es mi hogar, con mi padre, madre, hermano. Tan nobles y fuertes. Ahora estoy en casa, aquí entre mis adornos y pertenencias, aquí pertenezco. (…) Definitivamente es todo lo que siempre quise.

Moisés de verdad quiso a Egipto y su hermano, y le dolía ver como todo queda destruido y destruía vidas, por la terquedad de Ramsés.

Siguiente escena, durante la novena plaga, Moisés va a hablar con Ramsés que está molesto:

Noten como en la primera está lleno de luz, cuando todo está bien. La segunda está en la oscuridad, todo lo contrario. Es para hacer coincidir con la emoción de la escena.

Es aquí donde entraría la ironía, recordemos la primera parte cuando eran jóvenes:

– Bueno, eres bastante patético.
– Irresponsable, ignorante de las tradiciones. Prácticamente me acusa de derribar la dinastía.
– Sí, ya puedo verlo. ¡Adiós a las pirámides! Ja.
– Tú puedes reírte.
– Las estatuas se caerán en pedazos. El Nilo se secará. Y tú solo, te las arreglarás para que el gran reino de la tierra quede en ruinas.

Y sí, eso es lo que pasó. La terquedad de Ramsés hizo que Egipto quedara en ruinas. Como su padre había comentado, era un irresponsable, y todo por orgullo.

¿Y qué es lo que dijo el joven Ramsés después?

-Dime, Moisés. ¿Por qué cada vez que empiezas algo, yo soy el que termina en problemas?

Y sí, eso también pasó. Moisés fue la razón por la que él terminó en problemas. Ahora y antes.

Y luego, ¿Qué dijo el viejo Ramsés?

– Pero entonces… siempre estabas ahí… para de nuevo, sacarme del problema.

Aunque Ramsés ahora no lo vea así, de hecho, Moisés fue todo el tiempo con él para solucionar el problema de Ramsés, pero esta vez, él no dejó ayudarse.

Después llega el hijo. Me gustó esta secuencia en la película, no hacía falta que te dijeran cuál iba a ser la décima plaga, te lo dejan bastante claro haciendo una comparación con los jeroglíficos y los niños hebreos siendo aventados al río hacia su muerte, y se hace un acercamiento al hijo de Ramsés.

La primera, está en el centro Moisés, en representación de los niños hebreos asesinados. Ahora en el centro está el hijo de Ramsés, en representación de los egipcios primogénitos que serían asesinados.

Y las palabras de Ramsés:

– Mi padre supo muy bien como lidiar con tu pueblo. Y creo que es hora de finalizar su trabajo. ¡Habrá un gran llanto en todo Egipto, como nunca se había escuchado y no se volverá a escuchar!

Y así fue, pero el llanto no fue de los hebreos, sino de los propios egipcios.

Por último, quiero destacar lo que aprendió Moisés sin querer, esto de su charla con el faraón Seti:

– Padre, dime que tú no hiciste esto.
– Moisés, algunas veces, por el bien mayor se deben hacer sacrificios.
– ¿Sacrificar?
– Oh, hijo mío, solo eran esclavos.

Y entendió a Seti, por el bien mayor, la libertad de su gente, tuvo que hacer sacrificios:

1. Su vínculo fraternal con Ramsés.
2. Egipto, el lugar donde creció y tuvo cariño.
3. La muerte de los primogénitos egipcios, o más específico, la muerte del hijo de Ramsés.

La diferencia entre Seti y Moisés es que Moisés sufrió por la muerte de aquellos egipcios. Seti no lo hizo, después de todo, «solo eran esclavos.»

En el artbook se menciona las altas y bajas emocionales de Moisés. Las peores bajas emocionales de Moisés serían las siguientes:

• Cuando supo que Seti mató a todos los niños hebreos.
• Cuando ve a Ramsés con su hijo muerto.

En las dos cae al suelo, por la incapacidad de no poder hacer nada.

En la primera, una persona importante para él, su padre, asesinó a los niños de su propia gente. Él habría muerto de no ser por su madre.

En la segunda, una persona importante para él, su hermano, está sufriendo por la muerte de su hijo. Y que a fin de cuentas, fue el propio Moisés el que dejó que pasara tal suceso.

Moisés fue el Seti de los egipcios.

Por último, Moisés despidiéndose de Ramsés:

Los dos son gritos de desespero, pero la primera por el cariño que tenía a Moisés, la segunda por el desprecio que sentía por Moisés.

Y bueno, esta relación fraternal es mi favorita dentro del mundo ficticio por todo lo anterior escrito. No hacía falta que durara muchas horas para explicar cada pequeña cosa. Cada escena te dejaba claro como era su relación y porqué avanzaba de la forma en que lo hacía. No hay, no existe mejor relación fraternal que esta. Tal vez

¿Qué hubiera pasado si Moisés se quedaba cuando Ramsés se lo pidió? ¿Moisés le intentaría explicar? ¿Con el tiempo, Ramsés habría cambiado de parecer sobre los hebreos? ¿O su deber como faraón sería más grande?

Ya para finalizar, creo que lo que más gusta es esa tragedia entre los dos: Unos hermanos tan unidos y que se querían tanto, estarían destinados a ser enemigos. Una última acción los separaría por completo: la muerte del hijo de Ramsés. Terminaría con el odio de Ramsés y la culpabilidad de Moisés.

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